Imagen del devocional El último llamado - Disciple Community

EL ÚLTIMO LLAMADO

Por Daniel Acosta

Escucha el devocional

Aférrate a tu fe en Cristo y mantén limpia tu conciencia. Pues algunas personas desobedecieron a propósito lo que les dictaba su conciencia y, como resultado, su fe naufragó”.

1 Timoteo 1:19 (La Biblia, Nueva Traducción Viviente)

John Harper nació en Escocia en el año 1879. Se convirtió al cristianismo a los 14 años y a los 17 ya compartía el evangelio con todas las personas que conocía. Años después, terminó siendo el pastor de su iglesia. A los 39 años, fue invitado por el pastor Moody de la iglesia de Chicago para predicar por algunas semanas, por lo que Harper emprendió su viaje y se embarcó en el Titanic. Aquel domingo 14 de abril de 1912, Harper asistió como un miembro más al culto dominical que se hizo para toda la tripulación, pero al finalizar el culto decidió seguir hablando de Dios a los demás pasajeros. Esa misma noche, el Titanic chocó con un iceberg.

¿Cuándo fue la última vez que hablaste de Dios a un no creyente?

Ser cristiano es tomar conciencia de que la vida en este mundo es pasajera, corta y efímera, y que la vida espiritual es lo más importante que debemos atender. A veces pareciera que no estamos preocupados por la condición de nuestras almas y que la muerte es algo muy lejano todavía. Nos preparamos más para este mundo y no para cuando nos toque partir. Por esa misma razón, Jesús tomó la iniciativa de venir a este mundo a salvar lo que se había perdido (nosotros). Sin embargo, no todos están preparados para oír la verdad. Por ejemplo:

¿Sabes por qué muy pocas personas subieron a los primeros botes salvavidas?

El Titanic fue considerado como «El barco insumergible» por sus propios dueños, constructores y diseñadores, llegando a convencer al propio capitán y a toda la tripulación de que eso era verdad. Esto sería como decirle a Dios: 

«Hey, ahora nosotros tenemos el control, no necesitamos de tu ayuda…»

Este fue el caso del millonario John Astor quien cuando oyó que dijeron que el barco se hundiría, le dijo a su esposa que el daño no era grave, mientras estaba acomodando su silla en la terraza fumando un cigarrillo, viendo tranquilamente cómo se hundía el barco. Él puso su confianza en una falsa seguridad, y así muchos hoy en día también se hundirán sin aceptar la verdad de Jesucristo. Dios volverá a pronunciar su sentencia al decir: 

«… Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma» 

Lucas 12:20

Mientras el barco se hundía, John Harper advirtió a las personas que estuvieran preparadas para morir mientras continuaba compartiendo el evangelio. Luego gritó: «Mujeres, niños e inconversos, vayan a los botes salvavidas». Mientras corría por la cubierta, suplicaba a la gente que se volviera a Cristo, logrando reunir a un grupo de personas con quienes se arrodilló para elevar una oración. En ese momento, el barco colapsó en lo que fue su hundimiento final. Algunos testigos afirmaron que Harper, sabiendo que no sobreviviría al agua helada, se quitó su chaleco salvavidas y se lo arrojó a otra persona diciéndole: «¡Necesitas esto más que yo!», y saltó a las aguas heladas. Tiempo después, se supo que aquella persona que recibió el salvavidas logró salvarse.

«Jesús tomó la iniciativa de venir a este mundo a salvar lo que se había perdido (nosotros)».

Aunque para muchos el llamado de Dios a sus vidas fue ignorado, la sentencia llegó a sus vidas y tanto ricos como pobres fueron iguales ante la misma tragedia. Es claro que a lo largo de la vida siempre hubo personas que nos hablaron de Jesucristo y a veces, me incluyo, terminamos vituperando a sus enviados, ya que creemos que también tenemos a Dios de nuestro lado. Sin embargo, nos mantenemos ignotos de la amplia enseñanza bíblica ofrecida por el mismísimo Dios.

Así que, la vida te ofrece dos opciones:

  • O tomas el salvavidas de Dios creyendo en toda la enseñanza de Jesucristo.
  • O acomodas tu silla viendo cómo se hunde poco a poco el barco de tu vida, creyendo en una falsa seguridad.

Es importante que como cristianos, entendamos que los que necesitan ser salvados no son los que están dentro de la iglesia, sino los que están fuera, porque la iglesia no se trata de nosotros sino de los otros.

Ahora bien, volviendo a nuestro relato, existe una parte de la historia que no conoceríamos si no fuera por el testimonio de un joven escocés llamado Aguilla Webb, que cuatro años después se puso de pie en una iglesia de Canadá y dijo: 

Soy un sobreviviente del Titanic y quiero dar mi testimonio. Aquella noche, flotando en el agua helada sujetándome a uno de los escombros del barco, de repente una ola acercó a John Harper a mi lado. Él también estaba sujetándose a un pedazo de madera y me preguntó:

  • ‘¿Eres tú salvo?’
  • Y yo le respondí: ‘No, no lo soy’. 

Entonces John me dijo: 

  • ‘Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo’. 

Luego, la ola alejó a John de mi lado, pero por extraño que parezca, un poco más tarde, otra ola volvió a traerme a John nuevamente, y él me preguntó: 

  • ‘¿Eres salvo ahora?’ 
  • ‘No’ le respondí . ‘No puedo decir aún con certeza que lo soy’. 
  • ‘Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo’ me insistió John

En ese momento, vi a John hundirse en el agua, y es ahí que en medio de la noche, en ese inmenso mar a mí alrededor, confié en Jesucristo como mi Salvador. Así me volví en el último convertido por John Harper. Luego fui rescatado y decidí que hasta el final de mi vida compartiría esa misma pasión del mensaje del evangelio por amor a los perdidos».

Creer en Jesucristo no significa creer en su existencia solamente, sino creer en toda su enseñanza, la cual nos dejó en su Biblia para nuestra salvación. Debemos vivir cada día como Jesús nos enseñó y estar preparados para ayudar a otros a que también estén preparados, porque la vida que gozas «hoy» es la oportunidad que tienes para acercarte a Dios.

– ¿Necesitas ayuda? 

– «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo».

NOTA: La historia de John Harper a bordo del Titanic es narrada en el libro The Titanic´s Last Hero (El último héroe del Titanic), publicado por Moody Adams.

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Reflexión

“Sirve a Dios con un corazón apasionado, deja que él te use para llevar su mensaje a otros, estés donde estés.”

 //¿Recuerdas a la persona que te compartió la fe en Cristo?, ¿cómo cambió tu vida responder al llamado de Dios?
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Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Mónica

    Muy buena y didáctica la enseñanza Danuel. Mi marido me habló la Palabra y aún me falta cambiar

  2. Mónica Acosta

    Me acuerdo que tenia 18 años cuando me compartieron todo lo que Jesús hizo por mí. Realmente cambió mi vida. Hasta el día de hoy sigo caminando con él, no ha sido fácil pero fue lo mejor que pude decidir. Evite muchos errores fatales en mi vida, y ahora vivo contenta de ello gracias a mi cuñada Nancy y mi hermano Daniel por compartir su fe conmigo. Que sigan en crecencia del Señor.

  3. Grover

    Gracias Daniel, me gusto mucho, de acuerdo a Las preguntas. Conocer A Cristo fue algo que me impacto y cambio mi forms de vivir en LA universidad.