
UN POCO DE HAMBRE, UN POCO DE FRÍO
Por Daniel Acosta
Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco.
Filipenses 4:12 (La Biblia, versión: Palabra de Dios para Todos)
Hace tiempo que vengo reflexionando sobre este tema. Dios me ha dado hijas a quienes amo, protejo y guío en las lecciones de vida que Él mismo me enseña. Ellas han aprendido lo que significa un poco de hambre y un poco de frío; es decir, no recibir todo lo que desean, sino aquello que realmente necesitan: valores, respeto, responsabilidad, amor a Dios y al prójimo, y ser recompensadas solo cuando ha habido un verdadero esfuerzo. No es una tarea fácil, pero cada momento y cada esfuerzo valen la pena. Hoy, en la recta final de sus carreras universitarias, veo cómo avanzan hacia su independencia y llevan en sus corazones estas lecciones de vida.
«No llenes a tus hijos con todo lo que quieren, sino con lo que realmente necesitan».
Como padres tenemos dos mundos para ofrecer a nuestros hijos. El primero es un “mundo Disney”: un lugar ideal, lleno de sueños y finales felices, donde siempre son rescatados y viven sin preocupaciones. Sin embargo, en algún momento, ese cuento se termina, y nuestros hijos quedan frente a un mundo real que no comprenden. ¿Por qué crees que hay jóvenes que, aunque han alcanzado la adultez, muestran la madurez emocional de alguien menor? Esto ocurre porque, al resolverles todo, les negamos la oportunidad de aprender a partir de sus propios fracasos; fracasos que les brindan las herramientas necesarias para crecer y superarse a lo largo de la vida.
El segundo mundo, en cambio, está lleno de desafíos y obstáculos. Este camino, aunque difícil, es el que realmente los ayuda a fortalecerse. Como padres, debemos comprender que no es dañino privarlos de ciertas comodidades; al contrario, es beneficioso que entiendan el significado de la necesidad. Un poco de hambre y un poco de frío les brinda la oportunidad de descubrir su propia capacidad, lo que los llevará a superar obstáculos y encontrar soluciones creativas.
Permitir que nuestros hijos crezcan en un mundo irreal tiene consecuencias graves, porque cuando se enfrentan al mundo real, se sienten perdidos. Ningún título profesional garantiza que estén preparados para el mundo real. Solo Dios, a través de nosotros como padres, moldea sus vidas con amor y disciplina. Recuerda que fue Dios quien puso a esos bebés en tus brazos para que hagas de ellos la mejor obra maestra para Él.
Volvamos a leer la Escritura que encabeza este devocional y meditemos en ella. Un poco de necesidad en sus vidas les ayuda a desarrollar carácter, temple y resiliencia, cualidades que les enseñarán que los fracasos y las crisis no son tragedias, sino oportunidades para reinventarse y hallar nuevas soluciones.
«Los hijos son nuestra responsabilidad».
Hoy en día, muchos padres son rehenes de sus agendas y trabajos, y, sin darse cuenta, no pasan tiempo con sus hijos y por eso intentan compensar su ausencia con bienes materiales. Al actuar así, crían hijos que desconocen la necesidad y que, en lugar de valorar el esfuerzo de sus padres, solo terminan exigiendo más. Nuestra sociedad está llena de ejemplos de padres que olvidaron la misión más importante: la formación de sus hijos.
¿Qué clase de hijos estamos formando para cuando deban enfrentarse a la vida por sí solos?
¿Qué posibilidades tienen de comprender el verdadero valor de la vida?
Somos capaces de darles todo, pero olvidamos lo más importante: fortalecerlos en la fe y en los valores que Dios nos enseña. La Biblia muestra que Dios nos forma a través de la escasez, para que aprendamos a confiar más en Él. Cuando la necesidad se convierte en crisis, Dios nos enseña a ser fuertes en medio de la dificultad. Educar a nuestros hijos es instruirlos en lo que Dios ya ha escrito en Su Palabra: espiritualidad, moralidad, valores y principios. Recuerda que los padres son quienes ponen las normas y reglas en casa, es así como les enseñan acerca de los límites y los hijos aprenden el respeto hacia la familia y la convivencia.
Los padres solo somos guías para nuestros hijos. Hacer todo por ellos no los ayuda, por el contrario, sería “una ayuda que no ayuda”. Ellos deben aprender a superar sus propios obstáculos, vencer sus propias adversidades los hará sentirse mayores y aumentará su autoestima al ver que son capaces de obtener victorias. Por ejemplo:
- Si aún van a la escuela, enséñales a hacer esquemas (mapas mentales). Esto les ayudará a estudiar mejor para sus exámenes, ya que organizarán mejor sus pensamientos.
- Enséñales que, así como en la vida hay derechos y deberes (por ejemplo, limpiar su cuarto), también hay responsabilidades y consecuencias.
- Enséñales a superar sus dificultades, pero sé solo una guía. Permíteles enfrentar los problemas, porque si tratas a tus hijos como frágiles, probablemente se vuelvan inseguros, temerosos, y desarrollen una baja autoestima y dependencia.
- Enséñales a través de devocionales familiares de 10 minutos aproximadamente con una sola escritura bíblica y con algún ejemplo de vida. Se conciso y claro en lo que les enseñas y luego abre un espacio para que pregunten, comenten o hablen de lo que les preocupa. Yo lo hago los sábados siempre y cuando estemos todos juntos (recuerda que mis hijas ya son adultas y ya tienen sus propias actividades en la iglesia)
Hay mucho más que decir, pero puedes ver más de esto en mi libro La Biblia y la Adolescencia. Quiero enfatizar en un tema crucial: las finanzas. En la Biblia hay aproximadamente 2,350 escrituras que hablan sobre el dinero y las posesiones, lo cual subraya la importancia de este tema. Enseña a tus hijos el valor del esfuerzo para ganar dinero honradamente y luego sobre administración e inversión, porque eso será clave para su independencia futura. No deben ser codiciosos con el dinero, sino responsables, ya que no solo se benefician, sino que también pueden ofrendar y ayudar a otros, lo cual enriquece el espíritu. En la vida habrá tiempos de necesidad, y cuando lleguen esas crisis, aprenderán que no son tragedias, sino oportunidades para mejorar, no solo en lo material con trabajo, sino también en lo espiritual, confiando más en las enseñanzas de Dios.
Finalmente, Jesucristo es el mayor ejemplo a seguir. Su amor, gracia y perdón nos enseñan tanto como su disciplina, corrección y justicia. Aunque amamos a nuestros hijos y deseamos lo mejor para ellos, a veces darles un poco de pobreza significa enseñarles a vivir con lo necesario y a entender que su fortaleza y riqueza provienen de Dios, quien los ayuda a crecer espiritualmente. Esta es una lección invaluable. Recuerda que nuestro Señor Jesucristo, quien lo tuvo TODO en el Cielo, decidió despojarse de ello y pasar necesidad en este mundo para ayudarnos y enseñarnos. Un poco de hambre y un poco de frío es también algo espiritual, y eso ayudará a nuestros hijos a valorar y ser agradecidos con lo que Dios les da.»
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Reflexión
“Instruye a tus hijos y guíalos para que tomen buenas decisiones en la vida; sin embargo, también confía en que sí Dios permite que pasen por adversidades es porque tendrán un aprendizaje importante”
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Muchas gracias, me parecio muy edificante
gracias Dani
Belle reflexión de amor hacia los hijos
cada uno debe forjar su camino de la mano de Dios y de su familia sin ser una carga.
bendiciones
Muchas gracias, me ayuda a tener otra perspectiva.
excelente devocional, estoy de acuerdo en enseñarle a los hijos a tener en la vida, orden, método y disciplina en todo lo que desean en la vida y ganárselo por sus propios medios, yo pudiera reflexionar en mucho al respecto pero sería muy largo, en lo que no podemos escatimar es en enseñarle que no hay nada más importante que el amor, abrazarlos y siempre hacerles ver lo importante que son ellos para nosotros los padres , decirles cuanto los amamos, sin dejarlos de corregirlos en sus errores.
gracias ❤️ Daniel.
Gracias Dani por compartir un buen deseo por fe como el principal rol de los padres a sus hijos.
Sin embargo, debemos estar preparados, que a pesar de educarlos y entrenarlos haciendo nuestro mejor esfuerzo en base al manual de vida que es la biblia, los hijos al crecer tomarán sus propias decisiones.
No siempre serán las más acertadas, pero quizá sea lo necesario, para que ellos lleven su propio testimonio de lo increíble de estar unidos a Dios por medio del Espíritu Santo que nos acompaña y de las enseñanzas de nuestro maestro Jesús.
Me hubiera gustado hablado por el Autor, Daniel Acosta. un hombre que habla en el devocional de su propia vida y experiencias.
la inflexión en la voz de quien lo habla de y con el corazón es muy importante.
Y llega mucho mas que la voz de alguien que solo lee.
Somos tan imperfectos que tenemos que sufrir ese poco de hambre y ese poco de frío ….para que el Señor obre en nuestras vidas , toque nuestros corazones , para entender que dependemos de su amor y misericordia , para trabajar nuestra humildad, para moldearnos, y ser más solidarios amando al prójimo , como resumió la ley nuestro rey de Reyes y Señor de Señores y principe de paz, Cristo Jesús .Asegurarnos de que el hermano no le falte pan, techo y su medicación . Si pasan por estás necesidades entreguen todos estos faltantes a nuestro Padre en el cielo….El alimenta las aves del cielo, cuantooo máásss tendrá para nosotros , Los bendigo en el precioso nombre de Cristo Jesús
Gracias a Dios por esta reflexión Daniel, gracias por tu vida, mucho erramos los padres cubriendo demasiado a los hijos… que El Señor aumente nuestra fe y podamos confiar en los momentos difíciles de nuestros hijos… 🙏
Me emociona la idea de saber que en la biblia hay herramientas para guiar a nuestros hijos , porque son duda guiarlos es un gran desafío. Como padres queremos que les vaya bien , y por esa razón es necesario consultar las escrituras de la biblia y así nos aseguraremos de llevar a nuestros hijos a buen puerto. Gracias por este devocional, refuerza mi confianza, para encontrar respuestas donde las hay .