TU HOGAR, TU REFUGIO

Por: Daniel Acosta

 (1) El Señor le dijo a Noé: 

– Entre toda la gente de este tiempo, solo tú vives de acuerdo con mi voluntad…

(7) Y entró Noé en el arca junto con sus hijos, su esposa y sus nueras, para protegerse del diluvio…

(12) cuarenta días y cuarenta noches estuvo lloviendo sobre la tierra…

Génesis 7:1-16 (DHH) 

Desde que Noé supo lo que Dios iba a hacer hasta que empezó el diluvio, transcurrieron 120 años en los que él y su familia construyeron el arca. Durante todos esos años Noé predicó a aquella generación perdida que necesitaba ser salvada (2 Pedro 2:5). Hasta ese momento nunca había llovido en la tierra; es decir, Noé no conocía la lluvia ya que era un fenómeno aún no conocido (Hebreos 11:7 NTV/RVA 2015). Sin embargo, le creyó a Dios y lo predicó sin dejarse llevar por las burlas y las faltas de respeto que estaban a la orden del día. A la gente no le interesaba entrar en el arca, ni estaba dispuesta a perder un día de sus ocupadas vidas. Para ellos el arca solo albergaría a un grupo de tontos, fanáticos e ignorantes con delirios de salvación. Absolutamente nadie estaba interesado en ayudar, ni siquiera alcanzando un solo clavo (1 Pedro 3:20). Verdaderamente para ellos el arca solo significaba un monumento a la locura. 

En esta historia puedo ver tres tipos de personas: los que NO escuchaban a Dios (la gente), los que SÍ escuchaban de Dios (la familia) y el que tenía una RELACIÓN con Dios (Noé). Todos ellos tuvieron que hacer frente al mismo diluvio el cual a su debido tiempo llegó y la desesperación también. Dios cerró las puertas del arca y Noé junto con toda su familia permaneció adentro durante un año, viviendo únicamente por fe. ¡Y nosotros nos quejamos de haber vivido una cuarentena!

En tiempos de Noé, Dios castigó la conducta humana enviándoles un diluvio. Pero, ¿qué hay de nuestra conducta?, ¿acaso no somos también responsables de lo que está ocurriendo en el mundo?

Si bien la historia de Noé trata sobre el juicio de Dios al mundo, en esta ocasión me quiero enfocar en “el poder de una familia unida”. El arca de Noé no se construyó sola sino que fue la colaboración familiar la que puso cada madera en su lugar. Dios nos dio el plan de construcción (la familia), pero está en nosotros “construirlo”.

Nuestro hogar debe ser el mejor refugio para nuestras familias, donde frente a cualquier adversidad o sufrimiento se salga adelante unidos, siempre con la ayuda de Dios. El arca tuvo como propósito de Dios salvar a la familia de Noé, ¿tu hogar cumple este propósito?

Hoy tenemos la oportunidad de estar en nuestro hogar y trabajar en fortalecer nuestras relaciones familiares. Es tiempo de aprender el uno del otro, de perdonar y de construir lazos. Es tiempo de enseñarles lo importante que es obedecer y confiar en Dios, porque Él tiene el mejor diseño para cada hogar. Noé supo escuchar a Dios y entró al arca con un plan, todo debía ser organizado y sostenible, ¿lo entiendes? Si no es así, recuerda la cuarentena que pasamos todos y ahora reflexiona en lo siguiente:

Luego de un año dentro del arca, Noé y su familia no salieron peleados, salieron en paz y con gratitud a Dios. Esto dice mucho acerca de cómo fue esa convivencia, cada uno habrá tenido su espacio y tiempo para ser escuchado y atendido. De la misma manera debemos practicar esto con nuestro cónyuge y con nuestros hijos ya que es en el hogar en donde ocurren las relaciones verdaderas y espirituales que la familia necesita para ser fortalecida.

«Después de un año Noé y su familia salieron del arca en paz y con gratitud a Dios, eso dice mucho acerca de cómo fue su convivencia».

Imagina cómo habrá sido la organización dentro del arca y a cada uno de los miembros de esa familia realizando sus respectivas tareas. Debemos preocuparnos por tener un hogar limpio y ordenado ya que esto contribuye a una vida agradable, pero no conviertas esta tarea en una tortura familiar, no debemos ser extremistas. Un hogar debe ser un lugar ordenadamente disfrutable, donde los que lo habitan sientan que es un espacio placentero en el que pueden resolver sus diferencias para que reine la armonía y la paz, y no las tensiones. Nuestro hogar debe reflejar la bondad de Dios.

Hay casas que por fuera son hermosas pero que por dentro están llenas de personas infelices, esos hogares huelen a pólvora de batalla. Como hijos de Dios debemos entender que el hogar es una escuela en donde nuestros hijos aprenderán sobre él y se prepararán para enfrentar los problemas de la vida. Reconozco que en mi hogar este tipo de trabajo nunca acaba, siempre habrá deberes que cumplir, problemas que resolver y dificultades que enfrentar. Cada día es un reto para mí, pero vale la pena seguir trabajando en ello para no perder la brújula de nuestro hogar. Las diferencias siempre existirán — esto es lo rico de una familia —; sin embargo, debemos resolverlas con Dios para, de ese modo, conservar la unidad. Un día nuestros hijos se irán del hogar para construir sus propias familias y se llevarán muchas lecciones aprendidas.

Al igual que con Noé, Dios tiene un PROPÓSITO contigo — y si hay un propósito es porque antes hubo un plan. Él conoce tu hogar, conoce tus diluvios (problemas) y quiere hacer algo por tu familia. Dios hizo pasar por el diluvio el arca de Noé, pero ni una sola gota entró en el arca porque fue el Señor quien cerró la puerta (Génesis 7:16). Pregúntate: «¿Quién protege tu hogar?» Si es Dios y tu confianza está puesta en él, no dudes de que los protegerá aunque las olas golpeen las puertas de tu hogar.

«El hogar es una escuela y los padres los maestros, es ahí en donde nuestros hijos aprenderán de Dios y sus valores».

El mundo pasó por una cuarentena estricta y todos tuvimos que quedarnos en nuestros hogares. Sin embargo, para muchos se convirtió en un tiempo para aprender el uno del otro, conocerse, identificar en qué fallamos y qué es lo que se debe fortalecer. Lo que considerábamos importante, dejó de serlo y aprendimos que la prioridad es la familia. Seguramente se presentarán otros tiempos difíciles pero jamás pierdas la esperanza. Muchos tomaron esta oportunidad para pasar tiempos en familia, construir relaciones y ser mejores para Dios. 

Noé NO construyó el arca para ir de paseo, era su hogar. El confinamiento en nuestras casas no es para tomarlo como días de descanso o relax, al contrario, se trata de un tiempo para fortalecer el hogar con Dios a través de una buena comunicación. Recuerda que el arca fue diseñada para resistir las olas más terribles; el arca no fue una idea de Noé, sino de Dios. Tu hogar no fue una idea tuya, sino de Dios como parte de su plan. Entonces, ¿cómo estás dirigiendo tu hogar? Porque la verdad es que aún existen muchos hogares sin esperanza.

Toda familia tiene sus propios diluvios por los que atravesar. Reflexiona en la familia de Noé y en cómo vieron pasar los días, las semanas y los meses. La pregunta que sin duda se habrán hecho es “¿Algún día saldremos de este problema?”, y algo que personalmente he aprendido es que Dios trabaja en los corazones. Créeme que hay sabiduría en la PACIENCIA. Para Noé el arca representaba la salvación de su familia porque les brindó protección cuando el diluvio cayó sobre la madera, pero no sobre los que estaban adentro. De la misma manera un hogar provee protección: aunque afuera ruja la tempestad (influencias dañinas) tus hijos se sentirán seguros y protegidos en el hogar.

Finalmente, después de un año, Noé y su familia pudieron salir del arca, Dios hizo un pacto con ellos y puso como primera señal el arco iris. Todo fue reorganizado para que el ser humano viviera mejor. Hoy en día no debería ser diferente, después de esta pandemia algo tendrá que cambiar en este mundo, solo recuerda que el cambio empieza en tu hogar.

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Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Nancy

    Es verdad , creo que el haber permanecido encerrados en nuestros hogares , a raíz del aislamiento como consecuencia de la pandemia …nos ha enseñado el valor de la familia, para muchos, lo nuevo, era verse diariamente y tener la oportunidad de compartir más tiempo, de aprender las nuevas preferencias de los integrantes de tu familia. Seria como actualizarse….La familia de Noé para mí fue un gran ejemplo de unidad.

  2. Monica Acosta Mazuelos.

    Si es cierto la convivencia es importante; los mayores conflictos no se pasan en la calle sino en el hogar. Tener cuidado porque Dios pedirá cuentas de esto también .