
EN LO MÁS PROFUNDO DE MI VIDA
Por Daniel Acosta
Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde dentro del pez, diciendo:
«En mi angustia clamé a ti, Señor,
y tú me respondiste.
Desde las profundidades de la muerte
clamé a ti, y tú me oíste.
Me arrojaste a lo más hondo del mar,
(…) las algas se enredaban en mi cabeza.
Me hundí hasta el fondo de la tierra”
Jonás 2:1-6 (La Biblia, versión DHH)
Bajo el oscuro manto de las profundidades, un hombre se hunde donde los sueños yacen sepultados y las tragedias encuentran su final. Solo las algas de la memoria de sus pecados envuelven su mente hasta que recuerda el nombre de su Dios. Es ahí, y solo ahí, donde decide realizar su última oración; mientras poco a poco se adentra a las puertas del abismo, ahogándose en la desesperación de su desobediencia. Ahí yace un hombre viajando a lo profundo de las consecuencias de su vida, dentro de las entrañas de un gran pez.
Esta es la historia de Jonás, un hombre de Dios que decidió escapar de su presencia para no obedecer su voluntad. Mientras muchos buscaban la presencia de Dios, Jonás decidió escapar de Él y llevar a cabo sus propios planes para lograrlo compró un boleto de un navío que estaba por zarpar. Esa mañana todo estaba bajo control, los marineros ya habían identificado el estado de los vientos, miraron sus brújulas para no perderse en el camino y finalmente decidieron emprender el viaje llevando a Jonás como parte de la tripulación. Sin embargo, ya avanzada la tarde y a mitad de viaje, Dios dispuso que soplaran fuertes vientos y una enorme y violenta tempestad sacudiera el barco. Esto llenó de miedo a los experimentados marineros, sin saber que la causa de esa tormenta era Jonás.
Es interesante conocer el desarrollo de esta historia porque en esta parte me doy cuenta de que nuestras malas decisiones siempre afectarán la vida de otros y también me doy cuenta de que en la vida las cosas pueden cambiar de un momento a otro, ¿no lo crees? Aunque Dios le había encargado a Jonás que salvara a la gente de Nínive llamándolos al arrepentimiento, el punto central es la «Obediencia a Dios», y cómo el no hacerlo trae consecuencias.
«En la vida las cosas pueden cambiar de un momento a otro».
Por ejemplo: El viaje de tu matrimonio pudo haber comenzado muy bien y un día ver cómo todo cambia de repente. La tempestad empieza a sacudir las paredes de tu hogar y la palabra “divorcio” empieza a golpear con fuerza la puerta. Hay un patrón muy recurrente en los divorcios, y es que los hijos pierden la imagen paterna de autoridad, que los guía y les da seguridad. Ver a papá y mamá juntos fortalece la seguridad y estabilidad en los hijos y sin eso tienen muchas chances de perderse en una adolescencia sin control. Esta es una de las tantas consecuencias de no tener a Dios como Señor y guía. También hay otras tormentas que afectan a muchas personas, estas pueden venir en forma de finanzas o de cualquier otra mala decisión.
¿Qué tengo que hacer para salir del ojo de la tormenta?
Aquellos marineros decidieron usar su experiencia para aliviar el sufrimiento de los golpes. En Jonás 1:5 se dice que echaron todos sus enseres al mar para aligerar la carga y así salvarse, pero que eso no fue suficiente.
Ahora mira tu vida: ¿Qué amas más en esta vida y qué cosas tendrías que tirar para salvar tu relación con Dios, tu matrimonio o tus finanzas? Tal vez no sea suficiente con tirar todo lo mundano que esté gobernando en tu vida, sino que también necesites tirar la causa de tu pecado. Solo Dios puede calmar la tempestad y aunque Jonás aceptó su culpa, no expresó arrepentimiento; sino que prefirió que lo echaran a él también de la embarcación junto con su pecado.
¿Te das cuenta de lo que Dios estaba haciendo?
Dios ya había dispuesto un gran pez para salvar a Jonás, ¿lo ves? Dios trató de recuperar a Jonás, pero ese proceso de recuperación se inició con una tormenta, que terminó cambiando la hoja de ruta de los planes de Jonás.
Si eres un hijo de Dios, padre y esposo o madre y esposa, pues no debes huir de tus responsabilidades porque la tormenta vendrá a tu vida para corregirte. Solo Dios puede calmar esa tormenta si decides quitar tu pecado y volver a ser obediente a tu Señor. No hacer caso a Dios puede traer tormentas en cualquier área de tu vida en la que no te arrepientas.
«¿Si eres valiente para afrontar la tormenta con la sabiduría de Dios, él siempre va a llevar calma a tu tormenta.».
En la vida no todo será calma, también habrá tormentas; y es importante no solo saber esto sino también prepararnos para afrontarlo. Como nos enseña la historia de Jonás, nadie puede burlarse de Dios ni mucho menos escapar de su presencia. El hombre cree tener mejores planes que Dios para su destino pero la realidad es que no es así. No escapes de tu responsabilidad, si lo haces, Dios podría intervenir en tus planes de un modo que no esperabas y aunque lo hará con el objetivo de recuperarte, es mejor confiar en él en lugar de seguir tu camino.
“Al sentir que la vida se me iba, me acordé de ti, Señor; mi oración llegó a ti…”
Jonás 2:7 (La Biblia, versión DHH)
¿Por qué llegar al EXTREMO de nuestra vida para recién clamar a Dios?
Créeme que no lo sé, aunque estoy seguro de que la respuesta está en lo más profundo de tu corazón. Ahora bien, de nada sirve llegar a lo más profundo de nuestras vidas y quedarnos ahí; hay que hacer algo para salir a flote sin echarle la culpa a otro. Necesitamos asumir nuestra parte y hacer algo, antes de que Dios utilice una tormenta para enderezar nuestra vida, no como castigo, sino por su gran amor y deseo de recuperar nuestro corazón.
Así también lo hizo Jesús. Aunque él era inocente, tomó nuestras culpas y viajó a lo profundo de la muerte enseñándonos que, si clamamos a Dios con un corazón humilde, él nos oye y nos rescata.
“Pues, así como Jonás estuvo tres días y tres noches dentro del gran pez, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches dentro de la tierra”.
Mateo 12:40 (La Biblia, versión DHH)
Aprendamos de Jesús que nos enseña que caerse en la vida será algo inevitable, pero levantarse es opcional. Solo tienes dos opciones: ir a lo más profundo de tu pecado; o resistir la derrota clamando el perdón y la ayuda de Dios.
El tiempo de decidir está en ti.
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Reflexión
“Dios te conoce profundamente y puede ver el rumbo que va tomando tu vida. Sus planes para ti siguen siendo de esperanza, ¿estás dispuesto a ir a él en medio de tu tormenta?”
//¿Has sentido que buscas a Dios solo cuando estás hundido en las consecuencias de las decisiones que tomaste?, ¿esta vez quieres intentar algo diferente? Cuéntanos en los comentarios //
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Muchas veces tomo decisiones sin consultar al Padre especialmente en las finanzas y lo que realmente necesito ser más agradecida con lo que tengo y no ver lo que creo me falta
Muy juena enseñanza hermano ! Abrazo y bendiciones
Interesante…me hizo pensar la parte en donde preguntas: qué cosas deberé tirar de mi vida para salvar mi relación con Dios?, porque claro a veces juntamos muchas cosas que nos estorban y dificultan llegar al Padre. Para reflexionar, gracias!
Hermosa reflexión, debemos sentir en lo más profundo de nuestro corazón ❤️ que Dios siempre está 🙏 con nosotros
Al ver las consecuencias que trae nuestras decisiones, me ayuda a ser más diligente con ellas. Jonás erro y su error me enseña que a pesar de eso, al tercer día, cuando Jonás se arrepintió de su desobediencia , Dios en su infinita bondad, lo rescato desde el lugar en el que estaba. Que gran lección!!!