HAZ LO CORRECTO

Por: Daniel Acosta

Ya ven – dijo Pilatos no ha hecho nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.

Pero todos juntos comenzaron a gritar:

—¡Fuera con ése! ¡Déjanos libre a Barrabás!

(…) Pilatos, que quería dejar libre a Jesús, les habló otra vez; pero ellos gritaron más alto:

—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

Por tercera vez Pilato les dijo:

—Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre.

Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que lo crucificara; y tanto gritaron que consiguieron lo que querían. Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo (…)”

Lucas 23:15-23 (DHH)

Aquí nos encontramos frente a un PROBLEMA que requiere tomar una “DECISIÓN”, pero muchas veces tomar una decisión no es fácil si no tenemos nuestros valores y convicciones bien definidos.

¿Te consideras una persona ÍNTEGRA?, según una definición “integridad” significa:

“Hacer lo correcto por las razones correctas del modo correcto”.

Esto quiere decir que si tus valores y convicciones van acorde a tu conducta, eres una persona íntegra. Pero… tengamos un minuto de honestidad y pregúntate:

¿Tu conducta lo refleja?

Tomando como ejemplo este pasaje bíblico vemos que Pilatos tuvo la oportunidad de estar frente a la VERDAD (Jesús) y tomar la decisión correcta, pero mientras él quería dejar libre a Jesús, el pueblo le gritaba que hiciera lo contrario.

“Cuando una persona es íntegra,
su conducta va acorde a sus valores y convicciones”

Si TÚ hubieses sido Pilatos, ¿qué decisión hubieras tomado?

Mira bien la situación: por un lado tienes al PUEBLO que te grita «crucifixión», por otro lado tienes a JESÚS que es inocente y en el medio estás TÚ y debes inclinar la balanza de la justicia para el lado correcto. ¿Cómo evaluarías la situación?

Veamos estas opciones:

  1. Tal vez pensarías “La voz del pueblo es la voz de Dios»; sin embargo, este es un dicho popular y hasta el pueblo se equivoca.
  2. O quizás pensarías “Mejor voy a seguir mi corazón”, pero en la Biblia Dios nos enseña que el corazón es engañoso, (Jeremías 17:9).

Qué dilema, ¿no? y es aquí cuando aparece la pregunta inevitable:

¿Y ahora qué hago?

Algo que he aprendido en mis años de vida cristiana es a oír lo que dice mi conciencia ¿por qué? porque muchas veces el Espíritu Santo de Dios nos habla a través de ella:

“Como creyente que soy en Cristo, estoy diciendo la verdad, no miento. Además, mi conciencia, guiada por el Espíritu Santo, me asegura que esto es verdad”

Romanos 9:1 (DHH)

Esto aplicaría para cualquier situación difícil que tengas que afrontar. Es bueno considerar lo que nos dice nuestra conciencia, y si eres cristiano, es muy seguro que el Espíritu de Dios te haga recordar alguna escritura bíblica que te ayude a decidir. Ahora que ya conoces lo que dice Romanos 9:1, tenlo presente en tu mente cuando te encuentres en una situación difícil y pregúntate:

¿Qué dice mi conciencia?

Hacerte esa pregunta sería un buen inicio que te aclararía muchas dudas ya que a veces tendemos a razonar demasiado una situación al tratar de encontrar una buena decisión; pero no siempre lo bueno es lo CORRECTO. Existen muchas cosas que aparentemente se ven bien y hasta suenan bien, mas no necesariamente son correctas. Para esto tenemos la guía del Espíritu de Dios hablándonos desde el interior solo que a veces no queremos escucharlo o no logramos discernir con claridad, si tienes este problema es mejor que pidas consejo a personas que sean maduros en su cristianismo para que puedan ayudarte (Proverbios 11:14).

En el caso de Pilatos, él quería soltar a Jesús su CONCIENCIA YA SE LO ESTABA DICIENDO, él sabía lo que era CORRECTO, pero ya todos conocemos la historia: Pilatos terminó agradando a la multitud porque no tuvo el coraje de hacer lo correcto.

Quedar bien con los demás por temor a ser rechazados no es la mejor opción, por ejemplo en los trabajos uno escucha de todo: algunos compañeros hacen bromas de alto calibre, otros hablan de infidelidades, chismes, lenguaje vulgar, etc. pero en realidad muchos de ellos se comportan según dicta la manada porque quieren agradar y ser aceptados; sin embargo, cuando te tomas el tiempo de conocerlos individualmente a menudo descubres que son diferentes a lo que aparentan.

Jesús no buscó agradar a nadie, sino que se mantuvo fiel a su conducta y convicción, aunque eso le costara la vida. El mundo nos grita constantemente lo que debemos hacer para ser aceptados por los demás, pero aunque ellos sean una MULTITUD nosotros podemos hacer una diferencia e incluso influenciarlos de manera positiva. Nuestra conducta tiene que ser más fuerte que sus gritos.

Todos podemos hacer algo que marque una diferencia ante la multitud y eso empieza por uno mismo. ¡Ánimo! no busques agradar a los demás: Tú puedes hacer esa diferencia que cambie a la multitud.

///

CREADOR DE CONTENIDO DEVOCIONAL

Si deseas colaborar con el autor, haz click aquí.

¿Te gustó lo que leíste? ¡Compártelo!

Deja una respuesta

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Corina

    Muy interesante! nos ayuda a reflexionar como es que Pilatos, sabiendo lo que era correcto se dejó influenciar por lo que gritaba la multitud, su conciencia le decía que Jesús no merecía la pena de muerte, su conciencia le decía LA VERDAD, pero él se dejó dominar por el temor, la cobardía, la injusticia, la mentira del pueblo que tenía el corazón lleno de odio hacia Jesús, su propio pueblo por quién dió su propia vida. Muchas gracias Daniel, saludos!

    1. Daniel Acosta

      Gracias Corina por tu comentario. Seguiremos publicando más devocionales los fines de semana. Abrazos desde Argentina. 🙂

  2. Nancy

    No sabía , que Pilatos se había resistido, a seguir los comentarios de la multitud, al final cedió ante la presión