CUANDO EL AMOR VENCIÓ AL MAL

Por Daniel Acosta

Audio Cuando el amor venció al mal

“No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien”.

Romanos 12:21 (La Biblia, Traducción en Lenguaje Actual)

A lo largo del tiempo, las narraciones de muchas culturas han contenido mensajes que lograron intervenir nuestras emociones, pensamientos e incluso nuestra manera de ver la vida. Tal como sucede con las parábolas bíblicas, estos relatos ilustrativos han logrado hacernos reflexionar con su mensaje. Este fue el caso de la famosa obra de Puccini titulada “Turandot,” representada en una magistral ópera, acompáñame en este devocional diferente que escribí para los amantes de la ópera.

La obra narra la historia de una fría y cruel princesa china, llamada Turandot, poseedora de una sobrecogedora belleza. Su padre, el Emperador, esperaba que su hija se casara, así que ella le prometió hacerlo con aquel príncipe que respondiera tres acertijos; en caso de que no logrará hacerlo, el pretendiente debía morir. Año tras año, los jóvenes nobles se expusieron al peligroso desafío y todos terminaron pagando con sus vidas.

En esta historia, Turandot representa la maldad, que proviene de un corazón frío, orgulloso, lleno de amargura, odio y dureza, el cual solo busca la muerte de sus víctimas (lee Santiago 1:15).

Hasta que un día aparece un príncipe tártaro llamado Calaf. Quien al ver a Turandot, queda prendado de su belleza y decide probar suerte para conquistar su corazón. El príncipe acepta el desafío de Turandot y se presenta al duelo, donde descifra correctamente uno a uno los tres enigmas, cuyas respuestas son: “La esperanza, la sangre y Turandot”. Frente a esto la princesa entra en desesperación y le clama piedad a su padre para que no la entregue como esposa del príncipe tártaro.

En este fragmento podemos ver cómo Calaf buscó conquistar el corazón de Turandot y cuál fue la reacción de la princesa. Si comparamos este relato con la Biblia, nos daremos cuenta de que Dios nunca le impone a nadie que lo amen; sino que a pesar de que somos pecadores, se acercó a nosotros con amor y aunque nuestra respuesta fue rechazarlo, él en su bondad nos regaló una segunda oportunidad. Volvamos al relato:

Todo el mundo celebraba, menos la princesa. Al darse cuenta del nerviosismo de Turandot, el príncipe buscó la manera de ganarse su amor sin que se sintiera obligada. De modo que volvió a arriesgar su vida y le propuso un nuevo acertijo y le dijo que si ella adivinaba su nombre antes del amanecer, él lo pagaría con su propia muerte. Ella aceptó el nuevo desafío y fiel a la crueldad de su corazón, Turandot ordenó un edicto de pena de muerte para todo aquel que oculte el verdadero nombre del príncipe. Los guardias recorrieron Pekín diciendo: “Nessun dorma (nadie duerma) hasta saber el nombre del príncipe”

Ahora pensemos por un momento, cada vez que Dios se ha acercado a nuestra vida diciéndonos que nos ama, nosotros hemos dudado de ese amor y no hemos querido saber de Dios, ni de la Biblia, ni de la religión porque no creemos que pueda existir tanta bondad. Incluso lo hemos cuestionado desde el Génesis cuando el maligno nos hizo creer que el verdadero amor no existe y que el amor de Dios es solo un instrumento de dominio y poder sobre la humanidad; con ese engaño logró que siguiéramos atrapados en su maldad para continuar siendo rebeldes contra Dios. Hasta que un día nos cansamos de vivir equivocadamente y empezamos a reflexionar sobre la razón de la vida y el significado del amor de Dios.

Finalmente, Turandot no logró averiguar el nombre del príncipe y minutos antes de que suenen las trompetas anunciando el amanecer, aceptó su derrota y se dejó besar tiernamente por su vencedor y fue entonces cuando por primera vez en su vida sintió emoción y lloró. El príncipe, al verla, se dio cuenta de que el plazo aún no había expirado y decidió revelarle su nombre: “Soy el príncipe Calaf”. De esta manera volvió a dejar su vida en manos de ella. Un instante antes de que sonaran las trompetas, el padre de Turandot, el Emperador, le preguntó si ya conocía el nombre del príncipe, y ella le contestó: Ahora lo sé, su nombre es: “Amor.” El pueblo estalló de alegría y festejó el triunfo del verdadero amor sobre el mal.

El amor de Dios rompe cualquier barrera y siempre vencerá. Dios no se rindió en su deseo de rescatarnos (lee Lamentaciones 3:22-23) porque su amor es capaz de conquistar corazones de una manera voluntaria.

Calaf no solo se conformó con vencerla sino que logró mostrarle el verdadero amor, poniendo su vida en sus manos para que esta vez ella decidiera si él vive o muere. Ella terminó rindiéndose ante el verdadero amor porque reconoció que el amor es la mejor fuente de vida y felicidad.

Al igual que Calaf, Jesús vino a liberarnos, mostrándonos su verdadero amor. El Nuevo Testamento describe a la iglesia como la “novia” de Cristo, esto muestra la clase de relación que tiene Jesús con aquellos que ha rescatado a pesar de sus pecados. Él ama a su iglesia y por eso la rescató de la maldad y lo hizo con el verdadero amor (lee Efesios 5:25).

Jesús, a pesar de ser Dios mismo, se puso en nuestras manos para que como humanidad, decidiéramos si íbamos a permitir que Él viva o muera en nuestro corazón. Solo el verdadero amor puede vencer al pecado. Aunque el mundo perciba el amor como una muestra de debilidad, al experimentarlo descubrimos que se convierte en una poderosa arma contra el pecado. Vivimos en un mundo lleno de personas heridas, rechazadas o traicionadas por un falso amor; pero Jesús nunca te engañará, Él siempre querrá lo mejor para ti. Solo su amor te puede rescatar de una vida equivocada, porque lo que te ofrece no solo es para esta vida, sino que trasciende por la eternidad, y la Biblia lo predice perfectamente.

Así como la historia de Turandot terminó con una transformación interior, Jesús hizo lo mismo por su iglesia porque su amor es capaz de transformar cualquier vida. Entre la batalla del amor y el mal, es el amor el que finalmente emerge como el vencedor supremo. Si sientes que la vida que tienes no te está llevando a ningún lado y que el amor aún se mantiene ausente en tu corazón, pues ya es tiempo de que te rindas a nuestro Señor. Su Palabra no es como una ventana por la que solo tengas que mirar; al contrario, su Palabra es una puerta que debes cruzar. Te animó a que vayas a una iglesia y conozcas el amor genuino y transformador de vidas que solo nuestro Señor Jesucristo te puede ofrecer.

Gracias por leer este devocional.

///

NOTA: Link al VIDEO de “Nessun Dorma” Los tres tenores:

Reflexión

“El amor es el arma más poderosa contra el mal”

 //¿Qué te pareció este devocional? ¡Cuéntanos en los comentarios! 💬//

Si deseas colaborar con el autor para financiar su labor misionera y poder dedicar más tiempo a escribir devocionales y otros proyectos para la plataforma, haz clic aquí:

¿Te gustó lo que leíste? ¡Compártelo!

Deja una respuesta

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Mónica Acosta

    Calaf demostró un verdadero amor aun siendo capaz de entregar su vida. Es así Dios ya dio su vida y venció la maldad. Cuán agradecida me siento por su ejemplo amor sin condición.

  2. Mónica

    Gloria a DIOS x su infinito amor del mismo modo debemos corresponderle

  3. Nancy Benítez

    Para mí este mensaje habla de la ausencia de amor en esta mujer que finalmente lo conoce…y me da tranquilidad porque aunque la maldad habite un tiempo en uno, puede ser reemplazado por un amor genuino, el amor de Dios. Muchas gracias 🫂

  4. Olga Rodriguez de Ferrer

    que hermoso! es cierto el verdadero amor no se compra ni se vende es un sentimiento que sobrepasa cualquier dificultad y nos demuestra que Dios existe y vive en tu corazón ❤️. Gracias por este bello devocional