
¿POR QUÉ EXISTO?
Parte 2/3
Por: Daniel Acosta
“… El Señor ha escogido a Besalel (…) y lo ha llenado del espíritu de Dios, y de SABIDURÍA, ENTENDIMIENTO, CONOCIMIENTO y capacidad CREATIVA para hacer DISEÑOS y trabajos en oro, plata y bronce, para tallar y montar piedras preciosas, y para tallar madera y hacer cualquier trabajo artístico de diseño. También le ha dado capacidad para ENSEÑAR. A él y a Oholiab, (…) los ha llenado de CAPACIDAD ARTÍSTICA para hacer cualquier trabajo de tallado y de diseño, y de bordado en tela (…), y para tejer cualquier labor de diseño artístico”.
Éxodo 35:30-35
¡Esto es impresionante! ¿te das cuenta de lo que dice este pasaje bíblico?, ¿lo ves? Espero que veas lo que estoy viendo aquí, pero si no lo notaste, te hago la siguiente pregunta:
¿Qué talento tienes?
Para que el PLAN SUPREMO se lleve a cabo, Dios nos ha dotado a todos de un talento, de una cualidad. Todos somos buenos en algo, ¡mírate!, eres una herramienta útil y especial en el taller de Dios, ¿lo entiendes? necesitas tomar conciencia de quién realmente eres. En mi caso Dios me ha regalado la capacidad creativa, la misma que estoy desarrollando con nuevas técnicas a través de una profesión con el objetivo de usarla para el servicio de Dios (1 Pedro 4:10 Biblia RVR).
Es Dios quien reparte los dones a cada uno con el fin de que sean utilizados para servir con amor no solamente a él, sino también al prójimo, si lees Romanos 12:6-8 verás que confirma esto que te estoy diciendo.
¿Ahora lo comprendes?
Dios nos dotó de talentos no solo para que vivamos de ellos, sino también para que lo sirvamos. Lamentablemente existen algunas personas que usan sus talentos para hacer el mal y son hábiles para planificar cómo hacer daño. También hay quienes alardean de sus talentos y está el caso de quienes no los aprovechan con sabiduría y no los desarrollan, e incluso hay personas que ni siquiera saben qué talentos tienen.
“Dios nos dio talentos, no solo para que vivamos de ellos, sino también para que seamos útiles para Él y para el prójimo”
Una vez me preguntaron «¿qué tipo de negocio puedo emprender?» mi respuesta fue con otra pregunta (no es lo ideal pero era necesario):
¿En qué eres bueno?
Si uno decide estudiar una carrera o emprender un negocio, no recomiendo pensar “¿qué es lo que da más dinero?”, sino más bien “¿en qué soy bueno?”. Eso marca una diferencia a tu favor frente a tus competidores y si eso lo haces para servir a los propósitos de Dios, con mayor razón lo harás con entusiasmo, amor y dedicación.
Cuando Dios tiene un trabajo para hacer, provee de los dones necesarios para que ese trabajo se lleve a cabo, él se asegura de que cada uno reciba lo que haga falta para que su plan se realice. Es importante que los líderes de las iglesias sean conscientes de que Dios también obra a través de la creatividad y que los dones no solamente están relacionados a la predicación sino que se trata de una amplia gama de talentos que juntos aportan a un mismo objetivo. Las habilidades de la congregación no se deben subestimar, hay una riqueza ahí lista para sumar a la obra del Señor.
Ahora bien, en el versículo 34 dice:
“También le ha dado capacidad para enseñar…”
Esto es interesante porque no solo recibió el don, sino también la capacidad de transmitir a otros esas habilidades.
La generación de hoy, es heredera de los conocimientos de las generaciones anteriores, por ejemplo hoy los niños nacen en un mundo tecnológico que, si es bien usado, se convierte en una gran herramienta para la humanidad. De la misma manera esta generación deberá donar sus conocimientos a la generación siguiente, eso involucra un gran desprendimiento de saberes, entregados con amor a los que nos sucederán, tal como lo hace un padre a sus hijos cada vez que los aconseja o instruye.
Por ejemplo, cuando uno se incorpora a una iglesia, se encuentra con que hay todo un trabajo de organización, infraestructura, finanzas, ayuda social, etc. funcionando al servicio de Dios. Todo esto favorece a que se lleve el mensaje a más personas y es un trabajo que llevan adelante todos los miembros. Propiciar la colaboración de los hermanos en las tareas de la iglesia habla bien del tipo de liderazgo que hay, para ello pensemos en el caso de Moisés quien siendo líder, convocó a todo el pueblo a trabajar para el Señor (Éxodo 35:4, 30) y los enfocó en el servicio desde sus talentos sin minimizar ninguno porque todo talento viene del Señor.
Quiero animarte a que te preguntes:
¿En qué soy bueno?, ¿qué habilidades tengo?
No todos fuimos creados con las mismas habilidades, si bien todos somos herramientas en las manos de Dios, él nos usa a cada uno de distinta manera. Algunas personas saben hacer música, otros saben diseñar, otros predicar o animar. También están los que son hábiles en las finanzas y los negocios y lo utilizan para ayudar a otras personas (Lucas 16:9) e incluso enseñan a otros a administrar sus finanzas para ser más productivos para la obra del Señor. En fin, cada ser humano ha sido dotado con algún don.
Usa el don que tienes y verás lo que Dios es capaz de hacer a través de ti, esfuérzate, conócete, desarrolla tu talento estudiando, practicando y llevándolo a otro nivel. Si te cuesta conocerte busca ayuda profesional para que te hagan algún test vocacional y, cuando sepas lo que eres capaz de hacer, dedica tiempo a desarrollar tu potencial y te sorprenderás lo que Dios hará a través de ti. Pregúntate “¿qué herramienta soy en las manos de Dios?” ¡Ánimo, eres único!
Continuará en el siguiente devocional, “¿Por qué existo? – Parte 3 (Final)”
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DANIEL ACOSTA
CREADOR DE CONTENIDO DEVOCIONAL
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